El Dynamo de Kiev, es el club más ganador de la Liga de Ucrania, una nación del este europeo que hasta los años 80 integró la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Con trece Ligas locales, nueve Copas de la U.R.S.S., y algunos lauros internacionales (Recopa y Supercopa), el club fue cuna de Andriy Shevchenko, su máxima figura histórica, con quien llegó a una histórica semifinal de la Champions Ligue.
Sin embargo, la riquísima historia deportiva del Dynamo de Kiev, tiene un eslabón de oro, en el que la camiseta blanca y azul del club brilló más que nunca, en medio de la gran tragedia que vivió el mundo durante el auge del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Con Ucrania invadida y ocupada por la Alemania de Hitler, los jugadores del Dynamo fueron reconocidos entre los prisioneros y autorizados a entrenarse en un campo de los suburbios, donde jugaron varios partidos con distintos combinados de aficionados alemanes y húngaros, sin que esto aliviara en nada las condiciones de servidumbre y hambre que soportaban, al igual que el resto de la población ocupada.
Ante la fama de imbatibles que fueron ganando los jugadores del Dynamo, fueron desafiados por un equipo del ejército alemán al que vencieron, tras lo cual los nazis prepararon “el gran desafío”: anunciaron con bombos y platillos “La Gran Revancha ”, que se jugaría el 12 de Junio de 1.942 entre el seleccionado del ejército alemán y un combinado de Kiev, al que llamaron “Star”, con gran mayoría de jugadores del Dynamo más algunos refuerzo del Lokomotiv de la misma ciudad.
El encuentro se disputó en el Estadio Municipal y las diferencias entre los integrantes de ambos equipos eran notorias: un muy entrenado equipo alemán, enfrentaba a un grupo de futbolistas pésimamente alimentados, que casi en harapos ingresaron a la cancha a jugar el gran partido de sus vidas.
Con las tribunas colmadas por el pueblo de Kiev, y la oficialidad nazi en el Palco de Honor, los alemanes comenzaron ganando, pero la garra de los ucranianos pudo más, y el primer tiempo finalizó con un inesperado dos a uno a favor del Start.
La situación, no iba a ser tolerada por la plana mayor del ejército, uno de cuyos integrantes ingresó al vestuario en el descanso del entre tiempo para notificar a los jugadores de Kiev que nunca jamás un seleccionado alemán había sido derrotado por un equipo de los territorios ocupados, y que no sería esta la excepción, prometiendo fusilarlos a todos si el marcador no se revertía.
Aún a pesar de la amenaza, los jugadores salieron al campo decididos a no entregar lo único que los nazis no habían podido conquistar: su dignidad.
Ante el delirio del público, el combinado convirtió rápidamente el tercer gol y a los pocos minutos el cuarto, dando al equipo nazi una verdadera lección de fútbol y coraje.
Antes de llegar a la mitad del complemento, el combinado marca un quinto gol, ante el festejo enloquecido de los hinchas locales y la furia de la humillada oficialidad del ejército alemán que se retira del campo, ante lo cual el árbitro da por finalizado el partido.
Al finalizar la jornada, los jugadores del combinado de Kiev, tal cual lo anunciado por el oficial invasor, fueron enviados a los campos de concentración del nazismo, donde varios de ellos fueron ejecutados a las pocas horas.
El crimen, fue reconocido por los oficiales alemanes en los históricos Juicios de Nuremberg donde se estableció que fueron asesinados el arquero Mykola Trusevich, Ivan Kuzmenko, Olexiy Klimenko y Mykola Korotkikh, y seguramente otros integrantes del equipo.
El legendario “Partido de la Muerte”, fue luego llevado al cine por los húngaros, y más tarde por los norteamericanos en “Escape a la victoria”, la película de John Huston, protagonizada por Stallone y varios ex futbolistas profesionales, con Pelé y Ardiles, entre otros. En este film, sin embargo, el final fue acomodado a las necesidades de la industria de Hollywood, muy lejos de la realidad histórica.
Distintas versiones pueden encontrarse sobre los sucesos narrados, pero esto es lo esencial de una historia en la que a través del fútbol, los oprimidos sacaron pecho frente a los opresores y los derrotaron en una cancha con una pelota como arma.
Sobre el tema de la nota, pueden ver también:
wikipedia: el partido de la muerte
página 12: los once del patíbulo
Había escuchado esta historia y realmente emociona... También se dijo que un jugador estuvo a punto de hacer un sexto gol, pero habiendo pasado hasta al arquero, y estando solo frente al arco, se dió vuelta y tiró la pelota al centro del campo... poética forma de humillarlos, no?
ResponderEliminarNegro: la página es muy buena. Te felicito por los temas elegidos y la manera de contarlos.
ResponderEliminarTe mando un saludo grande.
Luis de Huracán